Yo no pienso que lo de ayer en la Plaza de Armas haya sido lo que todos los medios difunden, y que el equipo de Cuauhtémoc Blanco quiere que se diga…
Personalmente no me trago esa puesta en escena que ayer protagonizó el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador al darle el “espaldarazo” a Cuauhtémoc Blanco, y callar (en calidad de regaño paternal) a los militantes de su propio partido para defender a quien los ha pisoteado.
Sería una visión muy simplista, muy pueril, y hasta cándida. Pendeja, pues.
A ver: López Obrador es un viejo lobo de mar, y un absoluto ca****, y estoy seguro que Blanco y su equipo creen que el tabasqueño es estúpido y confiado. Error.
López Obrador sabe que lo que se cosecha al final, siempre es mejor que lo que se apresura a cortar.
Él mismo es producto de eso. En su gran experiencia política y ahora más como presidente electo, sabe que desde su partido no deben venir los obstáculos ni detonaciones para aniquilar un gobierno emergido o apoyado de sus filas… aunque éste y sus protagonistas sean los más traidores y miserables.
Por Morena no va a quedar apoyar… y quizás sabe que mas pronto que tarde, del gobierno estatal naufragará irremediablemente en aguas turbulentas, y alguien tendrá que sacarlo de ahí.
AMLO no da paso sn huarache, tampoco entrega la espalda como aparentemente parece. Creo que donde debe estar la alerta es del lado del equipo de Cuauhtémoc Blanco, sin embargo, soberbios y equivocados en las lecturas que son, creerán en el ciego amor del tabasqueño. No, creo que López Obrador sigue trayendo un as bajo la magna, muy similar, muy pegado a la idea que le llevó a permitir a sustitución de Rabín.
@DavidMonroyMX