A poco más de 100 días de que el actual gobernador del estado de Morelos, Cuauhtémoc Blanco Bravo asumiera el encargo, pocas decisiones se han tomado con tanta determinación como es el caso de la estrategia de seguridad a asumirse en el sexenio que corre. Y es que así como en la anterior administración, la estrategia en materia de seguridad se asumió a través de un Mando Único que significó adherir a un solo mando policial a los 33 municipios que en ese momento integraban al estado, la estrategia ahora asumida ha sido nombrada como “Mando coordinado”.
Tal y como sucediera en ese momento, donde los municipios de forma paulatina no les quedo más opción que aceptar el famoso Mando Único, esta vez la estrategia que se esta adoptando, ha tomado a todos por sorpresa al realizarse el pronunciamiento de su mandato ya no sólo por orden estatal sino también federal, pues no se puede dejar de mencionar que la estrategia pronunciada por el actual gobierno del Cuauhtémoc Blanco obedece a la llamada estrategia de pacificación asumida por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, aún y cuando la estrategia se llama “Mando Coordinado” tal parece que de coordinado no tiene nada y nuevamente se buscará imponer un plan de acción que pretenda asumir el control de la seguridad a nivel estatal y municipal. Lo interesante es que el nombre de la estrategia si daba señales de una muy esperada necesidad; la posibilidad de que después de mucho exista una coordinación real entre los tres niveles de gobierno para buscar soluciones integrales al problema de inseguridad. Pero para ello se requiere ver el problema desde lo local, desde lo territorial y desde el reforzamiento, profesionalización y mejoramiento de las condiciones laborales que padecen los policías municipales –principalmente-.
Para “acabar con los malos” no sólo se requiere de una coordinación de mandos (policía en sus tres niveles, ejercito o marina), sino fundamentalmente de una verdadera reforma policial que permita a nuestros policías contar con las bases para afrontar el reto que se les exige, porque mientras la guardia nacional sólo deja sensaciones de profunda incertidumbre, tendrían que ser las autoridades principalmente estatales y municipales las que busquen soluciones estratégicas que resuelvan los muchos problemas de inseguridad que padece nuestra entidad y que por su puesto no son los mismos al resto de la república aún y cuando el enemigo en común se llame crimen organizado.
Imponer y mandatar una estrategia que incluso a nivel federal es todavía incompleta, ha puesto a los mismos titulares de las alcaldías municipales ante la premura de decidir si es posible o conveniente sumarse, puesto que constitucionalmente en Morelos –como todavía a nivel nacional- la seguridad pública sigue siendo competencia de cada uno de los niveles de gobierno. Además que desde nuestra perspectiva la estrategia presenta ineficiencias como:
No existe de forma eficiente cohesión operativa entre los municipios y la Comisión Estatal de Seguridad, que permita trabajar de forma conjunta los problemas de inseguridad desde una perspectiva local; entendiendo que aún y cuando la estrategia pudiera realizarse a través de un mando coordinado, cada municipio padece –o no- de problemas específicos y coyunturales que no pueden abordarse desde una sola arista.
No se ha atendido que el incremento de los delitos de alto impacto se ha generado principalmente desde la zona conurbada, siendo principalmente los municipios aledaños a esta los de mayor afectación delincuencial.
Y que coordinación operativa no es sinónimo de mando coordinado.
Por lo pronto tendremos que esperar a que la estrategia nos de luz o respuestas a las interrogantes que hasta ahora siguen siendo oscuridad. Que la Comisión Estatal de Seguridad no solo se llene de buenas intenciones, sino de resultados eficaces que recobren la confianza de la ciudadanía en las instituciones, incentiven la cultura de la denuncia y paulatinamente disminuyan los niveles de incidencia delictiva. Lo único cierto es que ni la imposición ni la fuerza son elementos que jueguen a favor cuando de “coordinarse” se trata.
Dra. Cristina Rumbo Bonfil
Presidenta del Observatorio Ciudadano de Morelos.