Dos años se cumplieron de la aparición de aquél socavón que acabó con la vida de Juan Mena padre y Juan Mena hijo en el Paso Exprés de Cuernavaca.
Antes de esta tragedia como después, los agravios contra la ciudadanía no han cesado. Muertos, heridos, millones de pesos en daños materiales, y no hay nadie en prisión.
Pese a la estela de muerte y dolor, hasta el momento no hay nadie que haya pagado ejemplarmente por esta obra mal hecha.
A dos años, los vicios ocultos y las deficiencias siguen apareciendo.