Con independencia de las acciones sanitarias continúas que impongan las autoridades para reducir al máximo brotes y reportes de Covid-19, una vez que se nos haya permitido desconfiarnos, Morelos requerirá -entre los pasos inmediatos— de acciones urgentes y contundentes para reactivar la economía, fortalecer el mercado interno y fomentar el empleo.
La reducción al mínimo de las actividades económicas que significó la pandemia, provocó más daño del que se esperaba, porque ningún gobierno, estuvo a la altura para dar soporte y apuntar a las pequeñas y medianas industrias, a los comerciantes y a los emprendedores. El panorama es terrorífico.
Morelos tiene muchos años, muchos, en una crisis económica bestial, derivado del saqueo al que se ha visto sometido, pero también al nulo o poco desarrollo económico en la entidad. Gobernadores van y gobernadores vienen, y apenas esbozan la llegada de algunos capitales.
El gobierno de Graco Ramírez se significó por la simulación en ese hecho, y en la actual administración, ese tema -pareciera- que siquiera es parte de una agenda.
¿Qué nos queda a los morelenses? Entre otras cosas, no cerrarle la puerta a las inversiones, que las cámaras empresariales promuevan la posibilidad de que, desde la federación se apoye a sus adheridos, y en general, generar un ambiente donde el gobierno no sea la parte fundamental del proyecto, ya que ello ya demostró, con creces, que no es conveniente.
Una de las inversiones que ahí están y que pronto regresarán a la actividad es la empresa Esperanza Silver de México, el consorcio canadiense que pretende poner en marcha, ya formalmente, una mina de metales en Temixco que trae una inversión de 450 millones de dólares a la zona, lo que se traducirá en empleos, desarrollo de la región -una de las más pobres de Morelos— y, sin duda, la posibilidad de que aporte a la economía tan deteriorada en los últimos años.
La minería es una de las actividades esencial en el mundo, pues las extracciones son importantes para sectores tan diversos como el alimentario hasta el de telecomunicaciones, como sería el caso de la mina de la empresa Esperanza Silver, a la que sólo faltan los permisos finales para que comience a laborar de manera formal en el municipio de Temixco.
En medio de las secuelas que dejará la pandemia en Morelos, el gobierno y los sectores productivos del estado, deberán procurar que la inversión, como el de Esperanza Silver o cualquier otra, sea protegida e impulsada, es cierto, bajo cánones ambientales estrictos, pero con todo el impulso que se requiere para que su actividad sea prolífica y, al mismo tiempo, benéfica para la deteriorada economía estatal.
Casos como el de Esperanza Silver, no se ven en el horizonte, y ante la circunstancia que se vivirá en la pos pandemia, es indispensable que una inversión se mantenga como punta de lanza en la eventual reedificación de la economía estatal.
Formas de Contacto:
Twitter: @DavidMonroyMX
Correo: [email protected]