Victor Caballero Solano, candidato del PANy MC a la gubernatura, rechazó haber recibido “moches” durante su etapa como diputado local para votar a favor de las iniciativas del gobernador del estado, Graco Ramírez, aunque reconoció que las cantidades que se han dado a conocer en realidad se tratan de “apoyos” que obtienen los legisladores para realizar labores de “gestoría”.
Tras la publicación en medios locales que Caballero Solano, ex líder parlamentario del PAN obtuvo en sus cuentas personales depósitos por más de un millón el 12 febrero de febrero de 2016 desde una cuenta del Congreso del estado a una cuenta personal del panista, el ahora aspirante gubernamental aseguró que dichos depósitos existieron pero no para favorecer al mandatario estatal.
“Estamos ya en una guerra sucia… pues comenzó en el momento en que yo afirmo que voy auditar peso por peso los gastos de esta administración, y porque puse la denuncia en la Fepade, por el uso de recursos públicos de manera ilegal”, según indicó el también médico de profesión.
De acuerdo a la información difundida, cuyo responsable es aún desconocido, Caballero Solano fue uno de los diputados locales, que recibieron dinero oficial en sus cuentas personas, independientemente de las dietas que mensualmente reciben. La suma de esas cantidades recibidas por estos legisladores es de ocho millones de pesos.
En su defensa señaló que esos recursos si los recibió pero fueron depositados como parte de los beneficios que obtienen para hacer labores de gestoría, que en el caso de el medico, sirvieron para practicar intervenciones quirúrgicas para ciudadanos que así lo requerían al legislador.
“Sólo aclararle a los ciudadanos, yo no he hecho nada que me avergüence ni lo voy hacer, todo lo que he hecho en el Congreso del Estado ha sido apegado a la ley; están usando estrategias para decir cosas truqueadas con el objetivo de desprestigiar una campaña que va en crecimiento”, apuntó el candidato de “Por Morelos al Frente”, por ello considera que la publicación de dicha suma se debe a una guerra sucia que inició desde el tiempo que era legislador, cuando con un grupo de diputados, decidieron tomar las instalaciones del Congreso estatal debido a la falta de pagos al personal.