WASHINGTON (LPO).- Cuando Donald Trump decidió lanzar su candidatura por la presidencia de Estados Unidos pocos sospecharon que alcanzaría a llegar a la Casa Blanca, y es seguro que nadie entendió el impacto que el futuro presidente tendría en una marca que en apariencia no tiene nada que ver con él: Twitter.
Con el paso de los meses quedó claro que el entonces candidato había escogido a la red social como su principal herramienta de comunicación y descarga emocional. Cuando ganó la presidencia en repetidas ocasiones respondió que abandonar a sus seguidores no estaba dentro de sus planes.
Es así como Trump se convirtió en el primer presidente de la historia adicto a Twitter. Esta mañana por primera vez el mandatario lanzó un ataque directo contra su medio de comunicación masiva favorito.
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“Twitter está “SHADOW BANNING” Republicanos prominentes”, protestó el presidente. Shadow banning es la práctica de ocultar de manera deliberada el contenido de algún usuario sin informarle a éste de la decisión. “No es bueno. ¡Vamos a observar esta práctica ilegal y discriminatoria de una vez! Muchas quejas”.
Las acusaciones de Trump al parecer surgieron por un articulo de Vice en el que reportaron que figuras como Trump Jr. y la presidenta del Partido Republicano Ronna McDaniel ya no aparecían en la opción de autocompletar de la barra de búsqueda en la red social.
Twitter respondió a los alegatos del presidente: “Estamos conscientes de que algunas cuentas no están poblando automáticamente en nuesta caja de búsqueda y estamos planeando un cambio para abordar esto”, declararon en un comunicado.
“Enfatizo que nuestra tecnología está basada en el comportamiento de las cuentas no en el contenido de los Tweets”.
El CEO y cofundador Jack Dorsey también respondió: “Basta decir que tenemos mucho trabajo qué hacer para ganarnos la confianza de la gente”.
Las declaraciones del presidente por lo pronto provocaron una caída de 3% en las acciones de la empresa.