CIUDAD DE MÉXICO (LPO).- En poco más de 48 horas Morena y sus aliados perdieron 10 diputados locales en el Edomex, 2 en Nuevo León y la alcaldía de Ciudad Juárez. Esta semana se podría replicar lo mismo en Veracruz y Jalisco. Y ya es una realidad, según reportó Yeidckol Polevnsky en la tarde del sábado, que es casi imposible que los tribunales le otorguen el triunfo a Miguel Barbosa en Puebla, que quedará para el panismo de Rafaél Moreno Valle.
El entorno de Hugo Scherer, nominado para consejero jurídico del próximo gobierno, da por descontado que estas son las represalías inmediatas por los planes de austeridad que Andrés Manuel López Obrador ha diseñado para el Poder Judicial. Si bien todos los fallos mencionados son de carácter estatal, la percepción en Morena es que fueron operados desde el Consejo de la Judicatura, que es donde los jueces estatales hacen los concursos para ascender al rango federal.
De este modo, llega una advertencia sutil a Morena pero al mismo tiempo lateral. La frontalidad llegará cuando la instancia federal se expida sobre las apelaciones de los afectados por esta saga de reveses calculados.
AMLO estuvo en la Corte Suprema el pasado jueves y tras la reunión dio un mensaje de cordialidad y celebró que la Corte aceptara reducir su esquema de gastos en 5000 millones de pesos. Desde el tribunal no hubo la menor muestra de empatía, ni mensaje auspiciosos.
El problema que plantea el ajuste en el gasto es que la Corte va a recortar los viajes, los programas y las becas destinadas a los magistrados y jueces de circuito. O sea, la Corte pierde capacidad de injerencia en asuntos de alto voltaje político que ocurren en los niveles inferiores.
Sería ingenuo pensar que el máximo tribunal va a recortar sus proyectistas, secretarios, choferes o personal de seguridad. El ajuste comienza desde abajo y en tiempos calculados. Perl el presente le envía señales muy claras al nuevo gobierno.