Pudiera parecer una leyenda urbana o un chisme de pasillo, pero lo dudo.
Desde que la anterior legislatura de Morelos le cerró las puertas a los medios de comunicación, al interior de ese recinto, muchas cosas empezaron a pasar. Muchas de ellas bizarras, que nos dan idea lo miserables que son la mayoría de los integrantes de la anterior legislatura.
El comentario viene al caso porque si bien es cierto que los actuales diputados iniciaron una denuncia contra sus antecesores, la cual quién sabe si prospere, también lo es que no sólo el dinero perdido hay que ubicarlo, sino también mucho del mobiliario y otros objetos que se encontraban en el anterior edificio legislativo.
El desmantelamiento del Palacio Legislativo de Matamoros, fue literal, y nada se sabe de los viejos curules, los enormes candelabros, las letras de “oro” del viejo pleno, ni de las estatuas que al interior se encontraban.
A menos que me equivoque, creo que tampoco las placas conmemorativas de las anteriores legislaturas han sido localizadas.
Hay quien podría decir: “están guardadas en una bodega”, pero no es así. Para empezar ¿Cuál bodega?
Tengo información fidedigna que me indica que -de menos- 28 de los curules quede encontraban en el viejo pleno, están “resguardados” en la casa de los diputados.
Es decir… Cada quien se llevó el suyo.
La misma suerte corrieron los candelabros, las mesas del pleno, las estatuas, las letras de “oro”, y decenas de objetos que al interior se encontraban, pero so pretexto del cambio de sede y luego de las afectaciones por el terremoto, el edificio de Matamoros fue cerrado mientras que al interior se dieron vuelo con todo lo que ahí quedó. Investigué la pues, que los actuales Diputados dudo que estén interesados.
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