ARREPENTIDA. Quizás las diputada por Movimiento Ciudadano, Ana Cristina Guevara Ramírez, sea una de las prontas arrepentidas de componer el G13 en el Congreso local.
Pero no porque dicho grupo de diputadas y diputados sea aún más gandalla que sus antecesores, sino porque, de un plumazo ha puesto en riesgo su presente y futuro político.
A la diputada, originaria de Cuernavaca, no le importó dejar de lado la posibilidad de ser una bisagra en el Congreso estatal, sino también poner en entredicho la percepción que se tiene de ella en el partido naranja donde es cuestionada su lealtad a su grupo y, sobre todo, a padre político.
Es probable que la legisladora no calculó bien su jugada ni sus momios, sobre todo porque está claro que nadie en ese G13 va a mover un dedo para protegerla y menos alguno de ellos puede garantizarle un espacio en su futuro político. Al tiempo.
INJUSTICIA. Trabajadores de confianza y colaboradores cercanos de las diputadas del grupo G7, se convirtieron en los rehenes del conflicto político-jurídico que protagonizan los 20 diputados del Congreso local, con un ingrediente extra: la cobardía del presidente de la Mesa Directiva, Alfonso de Jesús Sotelo Martínez de castigar a inocentes ante la imposibilidad de ejecutar públicamente a la diputadas que le han hecho ver su suerte y se han cansado de exhibirlo.
Desde la semana pasada, el rumor se convirtió en versión confirmada, y más de una treintena de hombres y mujeres, la mayoría padres de familia, fueron castigados con la suspensión del pago de sus quincenas, y son chantajeados con su entrega, a cambio de firmar su renuncia.
Otros, de plano, han sido despedidos sin motivo alguno… salvo pertenecer al equipo de las legisladoras “enemigas”. La pregunta es: ¿quién asesora a Alfonso de Jesús? ¿Quién le dijo que así se hace política? ¿Quién le dijo que es honorable escamotear los sagrados sueldos de los trabajadores?.
INCONGRUENCIA. La que más pronto que tarde ya sacó el cobre es la Diputada de Morena en el Congreso local, Ariadna Barrera quien entre su ambición y su sed de poder, simplemente echó por tierra las ventajas de imagen con las que llegó al Congreso local.
Su suma al G13, de donde ella espera obtener más beneficios políticos y económico que de su congruencia y lealtad a su grupo parlamentario, probablemente le resulte redituable al inicio, porque en honor a la verdad, seguro será una de las que se quede con un palmo de narices quedando ante los demás como otra de las diputadas embaucadas por los legisladores varones. Al tiempo.
@DavidMonroyMX