Fuentes extraoficiales, emergidas desde el seno del primer grupo de poder del Palacio de Gobierno, fueron las que dieron por hecho la salida-renuncia de José Manuel Sanz Rivera a la jefatura de la oficina dela Gubernatura.
Es decir, ni fue un invento, tampoco una Fake News. Ellos la difundieron como un hecho consumado, como lo era.
Algo pasó entre las paredes del alcázar del centro de Cuernavaca que la especie empezó con la noticia confirmada de la exclusión del europeo, y terminó con su accidentada, carrereada y apetecible para el morbo comparecencia, pero aún como funcionario estatal.
Es claro que la relación entre Sanz y el gobernador Cuauhtémoc Blanco es añeja y profunda. Para lo bueno y lo malo, seguramente.
Es lógico que el conocimiento mutuo es amplio y que los niveles de confianza entre ambos fue muy grande, aunque quizás ahora, ya no lo sea, y seguro esa es una parte importante por lo que Sanz está desde -hace rato- en medio de una diatriba personal.
Es evidente que a Sanz se le ha arrinconado y acotado. Que el poder omnímodo que tuvo, no lo tiene más. En lo político, es un personaje casi en desgracia, y en este momento, prescindible. Así lo ven quienes ya lo quieren fuera del gobierno, pero quizás para el gobernador no es una gran idea dejarlo fuera, y ya dijimos porque.
Para muchos, Sanz es una figura molesta, que les estorba, y han tejido su salida desde hace rato, al grado de que se ha hablado de su salida más de cuatro veces.
Hoy, la investigación de la Unidad de Investigación Financiera (UIF) es la coartada que requerían sus enemigos, con un bono extra, que los resultados de esa indagatoria federal tiene muy de malas al mismísimo presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador… Y no es para menos.
Ante ello y por lo anteriormente expuesto, es lógico que al gobernador Blanco la situación lo tenga tenso y muy de malas, pero también con un mínimo de margen de maniobra, ya que cualquier decisión no quedaría en lo doméstico, sino que entraría un visto bueno del gobierno federal, por lo que el tema ya trastoca su administración con una crisis que amaga con dinamitar su posición misma.
El tema del coronavirus le dará al gobernador Blanco un tanque de oxígeno para controlar la situación por unos días, pero no lo suficiente como para dejar de lado el tema de Sanz, pues la revelación de otros datos aún no públicos del Caso Primavera, seguro serán una nueva tempestad que no podrá sofocar. Por lo tanto, es muy claro que el cambio urge, urge…
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