El protagonismo enfermo y pernicioso de Hugo Eric Flores Cervantes, el individuo que se cree virrey en Morelos y despachó como “super” delegado en el estado, volvió a contaminar la nota, y a sus compañeros de partido.
De entrada, el llamado a los medios de comunicación para que atestiguaran la “presentación” de la agenda político-legislativa, se contaminó con dos venenos letales para una conferencia de prensa que de antemano no se antoja poco atractiva: el inicio tardío del evento -casi una hora de diferencia con respecto a la convocatoria original- lo cual habla de una falta de consideración al tiempo de los demás, y segundo, la presentación de un platillo mas atractivo que el original.
A juzgar: en el arranque de los jaloneos políticos por las nominaciones a las alcaldías de Morelos, pero principalmente la de Cuernavaca, en una mesa estaban sentados los líderes del PES: Hugo Eric Flores, Jorge Arguelles y Ulises Bravo con los dos aspirantes del PAN a la alcaldía capitalina, Javier Bolaños y Juan Pablo Adame. Algo tramaban, y tramaron eso es claro.
Por supuesto que la mesa generó de inmediato interés de los reporteros, pues se sabe que en el PAN, el clan Terrazas no dejará a ninguno de ellos dicha posición, sobre todo ahora que confirmaron que el blanquiazul marcha como segundo en las encuestas. Al final, ninguno de los comensales reconoció nada, pero lograron lo que -quizás- buscaron: que el encuentro sirviera para ambos partidos.
De un lado para (PES) para afianzar la posibilidad, y la percepción, de sumar aspirantes con votos y, del otro lado, encelar a la dirigencia nacional del PAN, que a la postre podría resultarle contraproducente a los panistas, ya que sabemos que en su partido la expulsión llega por cualquier cosa.
En fin. Ya cuando la rueda de prensa inició, la nota ya estaba “dada”, así que Hugo Eric debía ser lo más inteligente posible para dar “más nota” y no esimismarse (como siempre) con su retórica aburrida, verborrea salivosa, e ir al grano, lo cual nunca logró, ni cuando una reportera le exigió que fuera más concreto, que indicará cuál será la agenda político-electoral de su partido y que nos dejará ir en paz. No lo logró, y la nota se perdió.
Un largo y denso párrafo de “bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,” podría ser la onomatopeya de las palabras de Hugo Eric que, que es muy posible que esté acostumbrado a que en su iglesia puede hablar, hablar y hablar, sin que nadie lo interrumpa, y sin decir nada, pero acá no era su iglesia y ninguno de los que acá estuvieron acudieron en calidad de seguidores de su fe.
En síntesis, Hugo Eric aburrió, torció el evento e hizo perder el tiempo de los convocados, propios y extraños. Quizás de la tierra de donde viene, es una virtud hablar, hablar y hablar, sin decir nada, acá no lo es, acá los llamamos demagogos.
ADENDUM
Sin embargo, y pese al papelón de Hugo Eric, hubo mas “carnita” para saciar los morbos de los analistas y aguzados reporteros de política, porque, después de mucho tiempo, al fin, el enemigo favorito de algunos, estaba frente a frente de los medios de comunicación: Ulises Bravo Molina, quien a preguntas expresas negó ser el poder tras el trono, no ser nuevo en la política y, sobre todo, no ser un advenedizo en el PES y en Morelos, aunque estos detalles son material para otra columna.
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