En la gran mayoría de los casos, la pandemia ha favorecido a los partidos políticos que han visto empantanado o trabado el proceso de “selección” interna de candidatos a diversos puestos de elección popular, particularmente los de espacios más o menos importantes tanto electoral como social.
En los casos concretos del PRI y el PRD el aparente estiramiento del tiempo, les ha permitido crear una coalición, deshacerla, volverse a acercar, romper de nuevo y hasta barajar nombres para los diferentes espacios, de los cuales, sin dudarlo, es Cuernavaca la que más interesa por su connnotación politica y de proyección al 2024.
En el caso concreto del PRI, está pandemia le permitió tener una buena baraja de aspirantes, que al final se desinflaron a partir del conocimiento de una encuesta donde los ex diputados federales, Francisco Moreno Merino y Marícela Velazquez Sánchez, obtenían las mejores posiciones entre los priistas, y sólo aparecían debajo de Javier Bolaños Aguilar, el mejor posicionado del todos, siempre y cuando fuera con el PAN.
Ignoro porque la dirigencia nacional y estatal del PRI decidieron que ni Moreno Merino ni Velázquez Sánchez serían candidatos a la alcaldía de Cuernavaca, sobre todo porque, y eso lo sabemos todos, las elecciones de ganan con votos. Y mi lógica es que si lo que se quiere es ganar… se buscan los aspirantes mejor posicionados. Bueno, esa es mi lógica, pero igual pudiera estar equivocado.
En el borrón y cuenta nueva de aspirantes dentro del PRI, escuchamos después los nombres de Juan Pablo Rivera y Gabriel Haddad que por muy empresarios que sean, la verdad no mueven a nadie, y el segundo, quizás lo primero que debía demostrar, es que no se volvería a ir del país en medio de su gestión, como sucedió cuando fue diputado en 2019. Hay morelenses que no tienen memoria, pero aquí estamos los periodistas para refrescarla.
La alianza entre el PRI y el PRD anunciada a inicios de 2021, les permitió a ambos partidos sostenerse con el otro, en la idea de que el de enfrente propondría un candidato que salvara la nominación conjunta, pero muy pronto esa posibilidad se rompió cuando del lado del PRD se insistió en Julio Yáñez y el PRI, contra toda la lógica de sus propias encuestas, no impulsó a Maricela Velázquez pese a que el PRD nunca la tachó, incluso, se le veía con buenos ojos. Quién sabe.
Así, ambos partidos llegaron a la mitad de enero sin candidato, y es el sol azteca el que pudiera llevar la peor parte, porque la crisis de falta de candidato a alcalde en Cuernavaca, y la dificultad de reunir aspirantes de mayoría a las diputaciones de la ciudad, tanto en lo local, como en la federal, se ha agravado por la suma del factor Gayosso, que ha funcionado como un auténtico repelente para algunos perfiles que habían sido acercados al PRD con mucha dificultad.
Es decir, no quieren nada con el sol azteca, ahora que han comprobado que Rodrigo Gayosso, se ha inscrito para ser diputado…plurinominal. En fin.
El punto es que después de este largo camino, es el PRI pudiera tener una definición muy pronto, quizás en 72 horas.
De acuerdo a información consultada, los nombres que aún permanecen en el análisis son los del jurista Cipriano Sotelo Salgado y el ex diputado y empresario de la educación, Jorge Arizmendi García, y aun cuando ambos son de Cuernavaca y los dos tienen seguidores y detractores, otro de los puntos que tienen en común, es que ninguno de los dos garantiza un triunfo en las condiciones de desventaja en las que permanece el PRI.
Luego entonces… ¿quién debe ser el candidato del PRI? o quizás la pregunta que debemos hacernos es: ¿el PRI está considerando ganar o sólo participar?
Honestamente si la situación se ha decantado hacia el licenciado Cipriano y Jorge Arizmendi, es porque son los perfiles que les quedaron, y eso tampoco es bueno para ninguno de los dos. Tampoco para el PRI.
Personalmente considero que ninguno de los dos tienen, en este momento, la circunstancia ni las condiciones para alcanzar la presidencia municipal. Quizás si me apuran, a ambos los ubicaría, sin pensarlo en los temas legislativos, uno en la federal y otro en la local, por la vía de la mayoría. son buenos cuadros, conocidos en Cuernavaca y resultarían competitivos.
¿Y en la alcaldía? Tomando en cuenta que todo pesa: el PRI debería pensar en un trabuco para Cuernavaca, donde relacione pesos pesados con jóvenes, pero también con mujeres.
Aún hay tiempo y quizás retomar los resultados de la encuesta de diciembre, podría darles nuevos aires a las definiciones. ¿Por qué no le vuelven a echar una hojeada? Sólo deben tomar en cuenta que hay una aspirante que ya tendría un pie fuera del PRI.
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