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APUNTES DE REPORTERO: Hartazgo y periodismo

El primer personaje público que entrevisté, aunque fuera en un “chacaleo”, fue a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, en el poblado de Xoxocotla, donde lo recibían y reciben como a un Tlatoani.

Eran los polvos de aquellos lodos de 1988: El ex gobernador de Michoacán acudía a Morelos a visitar varios pueblos de la entidad, en una especie de gira de reconocimiento, tras las elecciones de julio del año anterior: Era marzo o abril de 1989, y Cárdenas hablaba y el pueblo escuchaba. Era impresionante.

Por el personaje y por la labor periodística que recién tomaba, entendí que una entrevista no sólo derivaba de un proceso de pregunta respuesta, o de un pre-entendimiento con el personaje para ensalsarlo o mostrarlo; entendí que a un personaje se le pregunta y se le escucha, ya sea para conocer más de él, o para obtener información como en el caso de algunas entrevistas con algunas “fuentes”.

De tal suerte que el periodista es una especie de conocedor de todo a través de lo que pregunta, pero sobre todo, a quién se lo pregunta.

El comentario viene al caso porque, tengo que confesar que de un par de años para acá, cada vez se me hace más difícil buscar entrevistas con los hombres y mujeres del poder, los y las que sean. ¿A quién entrevistar que le pueda creer o seguir, al grado de que sus puntos de vista tenga que transmitírselos a la sociedad?

He visto tanta corrupción, tantas mentiras, tanto de tanto, que se me hacen tan falsos y cínicos… ¿pero sabe que?, lo peor es que, siempre lo han sido, sólo que -a últimas fechas- el grado de hartazgo que traigo por toda ese grupo, ya me cuesta -siquiera- pedirles su opinión de cualquier cosa.

Por ejemplo, ¿cómo preguntarle a un diputado local de Morelos sobre transparencia o rendición de cuentas?, ¿cómo preguntarle a un alcalde de Cuernavaca por el cumplimiento de la ley? ó ¿como preguntarle a un militante “distinguido” (asi entre comillas) de cualquier partido sobe su proyecto aspiracional, cuando este es sólo incrustarse en el presupuesto?.

Kapucinski, el mejor reportero de todos los tiempos, decía que este oficio (el periodismo) no es para los cínicos, y honestamente no puedo fingir que estas hordas aún podemos considerados nuestros líderes, dirigentes o gobernantes.

Es en serio, los ciudadanos deben tomar el control de las instituciones, porque la desesperanza, el hgartazgo y la desesperación, son un pésimo cultivo cuando la población, además, tiene hambre de muchas cosas: entre ellas de comer todos los días y de justicia.

@DavidMonroyMx

reporteromonroy@gmail.com

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