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Chivas es campeón del clausura 2017

GUADALAJARA (Milenio).- Diez años después Chivas toca el cielo, se pasea en la gloria después de una victoria contundente. El proyecto de Matías Almeyda ha dado los mejores frutos, ha llevado títulos a las vitrinas, eso es lo que se le reclama a un equipo como el Rebaño Sagrado que ha vuelto a posicionarse en lo más alto del futbol mexicano.

Un semestre para enmarcar, con el famoso doblete: Copa y Liga, ésta última la añorada doceava corona, esa que lo vuelve a poner a la par de América. La gloria le pertenece a Chivas con toda justicia, porque fue un equipo que creyó en sí mismo pese a que muchos lo veían como víctima. Un global de 4-3 que dan muestra de su fe.

Fue un Chivas distinto al del jueves, menos especulativo, el equipo de Matías Almeyda dio un paso al frente, asumió que en su campo debía ser protagonista, así que fue en busca de arco de Tigres.

Los dos equipos hicieron ajustes a sus equipos iniciales, el Pelado mandó a Jair Pereira en el centro de la defensa y adelantó a Salcido al medio campo, el capitán del Rebaño es un tipo que le da otro espíritu al equipo rojiblanco, se siente más cómodo por el músculo que le imprime Salcido.

Tigres fue el que más cambios hizo: Tuca Ferretti sí pudo contar con Ayala, el defensa salió lesionado en el juego de ida, pero se alcanzó a recuperar, también contó con Acosta en la lateral izquierda y Ricardo le dio la titularidad a Damm en lugar de Zelarayán, la intención de Ferretti era que el mediocampista aportara también en defensa con su buen despliegue físico.

Los felinos fueron cautos, no se alocaron, tuvieron cierta capacidad para contener el vigor del Rebaño, lograron resistir los minutos de agobio, pero con apuros, porque Chivas recuperaba con prontitud e iba al frente.

Con el mando del juego, Chivas buscó el gol que le pusiera por delante y desnortara a Tigres, más coherente en el manejo de pelota y en sus asociaciones, con Pizarro y Orbelín como sus ejes de juego y Pulido con mucha movilidad.

Entonces vino la jugada que cambió el partido. Un largo pelotazo de Alanís llegó hasta el área, ahí apareció Pulido, el delantero se anticipó a su marcador y empalmó la pelota con la pierna derecha, un gol de alta manufactura que ponía adelante a Chivas y hacía explotar al estadio y a la parroquia rojiblanca.

Se creció Chivas que estuvo cerca del segundo, pero el Chapo Sánchez estrelló la pelota en un defensa. Tardó Tigres en responder y cuando lo hizo fue a través de Gignac, el francés lanzó el primer tiro franco al arco de Cota que estuvo atento, luego el mismo André-Pierre casi le roba la bola a Rodolfo. Respiró todo el estadio cuando el portero recuperó la bola.

Buen intercambio de intenciones, Chivas no cedía, sabía que si lo hacía, su rival le podía meter un buen susto, pero los ofensivos de Tigres no encontraban esa profundidad o llegaban un segundo tarde o bien los de defensivos de Chivas aparecían prodigiosos, como cuando Alanís impidió que Sosa chutara en una acción que tenía pinta de gol.

Almeyda lucía sereno, Tuca incómodo. Para el segundo tiempo sería el duelo estratégico. Sin cambios en los equipos, Chivas no iba a cambiar su hoja de ruta, hacerlo sería dispararse un tiro la pie. Finalmente era Tigres el que tenía la necesidad en el cuerpo.

El despliegue físico de Chivas era destacable, corrían y apretaban en cada parte del campo. No perdía el Rebaño la tensión en defensa, aunque sí había dado ya unos pasos atrás.

Ambos entrenadores movieron piezas al mismo tiempo. Fierro por Calderón en el Rebaño. Y el Chino Zelarayán por Acosta. Más riesgos en Tigres.

Pero Tigres no lograba acelerarse, Chivas seguía con las mismas pulsaciones, la más clara de los felinos llegó al 64, cuando Aquino entró por izquierda y mandó una diagonal que Gignac no pudo conectar de buena manera. Y al 67′ Juninho cabeceó por encima del larguero un tiro de esquina.

Pero en esos minutos en los que Tigres buscó apretar la respuesta de Chivas fue el segundo gol, el Gallito Vázquez cazó una pelota en las afueras del área, el mediocampista le pegó con derecha, un desvío y la pelota dentro, Tigres protestó un fuera de juego, pero el árbitro, Luis Enrique Santander, no dudó y dio por bueno el gol.

Al 70′, Chivas volvía a tener una ventaja definitiva, igual que el jueves, ahora tenía que gestionarla y no cometer los errores del pasado jueves. Se lanzó Tigres a buscar otro milagro, pero lo hizo con mucho desorden y esta vez la atmósfera no le era favorable.

A Tigres le ganó la ansiedad, esta vez Chivas no perdió la concentración y mantuvo el mando del juego en lo futbolístico y en lo sicológico. Al final, el Rebaño anuló a Tigres, por más que el gol de Sosa al 88 le diera un toque de nervio al partido, lo pasó mal Chivas, que incluso se salvó de un penal que no marcó el árbitro sobre Sosa. Lo aguantó el Rebaño y con toda justicia se proclamó campeón del Clausura 2017.

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