CUERNAVACA, MOR.- Daniel Altafi Valladares, administrador de 33 años de edad, será el primer candidato independiente a una diputación federal por la capital del estado, al lograr el 145 por ciento de las firmas requeridas por la ley, de acuerdo con el sistema del Instituto Nacional Electora (INE).
Los números alcanzados por Altafi, quien aún puede lograr más firmas ya que tiene aún seis días para ello, lo incluye en el listado de los 15 aspirantes independientes que mayormente lograron su objetivo, al contar con ocho mil 702 firmas al cuatro de diciembre, es decir dos mil 709 firmas más de las requeridas.
Junto con Altafi, en Morelos sólo ha logrado amarrar legalmente su participación independiente, el alcalde perredista, Enrique Agustín Alonso, presidente municipal de Tlaquiltenango, quien busca la candidatura a la diputación federal 04 con cabecera en Jojutla, pero que a diferencia de Altafi, ocupa una posición de elección popular.
“El común denominador (en la búsqueda de las firmas) es el hartazgo de la gente” hacia la política y los políticos tradicionales, aseguró el empresario en entrevista al destacar que el ciudadano se siente olvidado, y piden muchísimo que una vez que logremos llegar a ese espacio de decisión, estemos conectados con la ciudadanía, ellos dicen que hamás se vuelve a ver a un representante popular”.
El también director de Jardines de México, aseguró sentirse bien porque ha logrado el apoyo ciudadano, y en ese sentido debe prevalecer –dijo—el que se hagan bien las cosas a favor de la gente.
“Quienes me dan esa oportunidad me están haciendo fuerte; el punto es que no nos soltemos, que sigamos el camino, y en este proceso de pre y campaña empecemos a obtener esa validación de todos los ciudadanos y ahí si vamos a ser más fuerte que todos los partidos”, destacó.
Aseguró que continuara caminando las calles y las colonias hasta el último de día en que prevalezca abierta la aplicación del INE para seguir recopilando firmas, en la idea de que la obtención de ellas y la confianza de los ciudadanos es una ventaja que no tendrán los partidos ni los candidatos oficiales.
“Una firma ciudadana es más complicada que un voto porque requieres de un procesos más intimo con el ciudadano”, y de ahí el compromiso es mayor.