Una vez que Ricardo Arizmendi, ex candidato perdedor a la presidencia municipal de Cuautla, a quien se le dio la oportunidad de regresar al PRI y participar en el proceso de selección de candidatos, se dejó comprar por el PRD y ahora forma parte de sus filas, así como el caso de Andrés González, quien fuera también candidato perdedor en cuatro ocasiones y que se negaba a dar paso a las nuevas generaciones, el partido fija su postura al respecto.
Los desertores del partido, como Arizmendi y González, no solamente traicionaron la confianza que se depositó en ellos, sino que se dejaron comprar al no haber obtenido las candidaturas que buscaban para satisfacer sus intereses personales. Es mejor que se vayan, porque son políticos que acumulan ya un historial de derrotas electorales y de todas maneras se niegan a dar paso a las nuevas generaciones.
Estas personas que, lejos de toda ética y principios, se prestan a ser comprados y a ser usados como cortinas de humo en una contienda, no aportan nada y, por el contrario, estaban obstaculizando el crecimiento del partido y de los nuevos cuadros que hoy ya cuentan con espacios de participación política y abanderarán las candidaturas del tricolor.
El PRI apuesta por las nuevas generaciones, por las mujeres y los jóvenes que son rostros nuevos, con trayectorias limpias, comprometidas y comprometidos con sus localidades, reconocidas y reconocidos en sus comunidades, como personas con valores, honestas y capaces.