CIUDAD DE MÉXICO (EFE).- Las dos casas del muralista David Alfaro Siqueiros (1896-1974) donadas al pueblo mexicano son utilizadas con fines “políticos”, denunció David Constantino Siqueiros, nieto del artista plástico.
“La idea de mi abuelo era que los talleres fueran un lugar de aprendizaje para los jóvenes en la plástica, la literatura, en la música y en todas las artes”, afirmó en entrevista en la que lamentó que esto no esté ocurriendo.
La Sala de Arte Público Siqueiros, ubicada en la Ciudad de México, y La Tallera Casa Estudio, en Cuernavaca (Morelos), fueron legadas mediante testamento público, 25 días antes de su muerte, por David Alfaro Siqueiros “al pueblo de México”, junto con una importante colección de obra de caballete, gráfica, dibujo, estudios y proyectos murales, así como su archivo personal y biblioteca.
“La familia se quedó sin casa, sin cuadros, sin talleres, sin nada, pero el propósito era otro y ahora (la donación) ha tomado un giro de tipo político”, agregó en el marco del homenaje por el 44 aniversario luctuoso del muralista.
El 12 de diciembre de 1973, apenas 25 días antes de morir, Siqueiros expresó su deseo de que en éstos espacios se preservaran y difundieran sus obras e ideas; que fueran centros de análisis y de experimentación para el “arte público” del porvenir.
Entre 1974 y 1988, para administrar este importante legado, se formó el Fideicomiso David Alfaro Siqueiros, que fue dirigido por la viuda del pintor Angélica Arenal (1909-1989).
Al disolverse el fideicomiso, la Sala de Arte y La Tallera, junto con sus colecciones de obra y acervos, se integraron al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) que desde entonces se encarga de custodiarlo.
David Constantino Siqueiros aseguró que la promoción de la cultura en México “es un desastre” y ejemplificó con el Polyforum Cultural Siqueiros, que es visitado al mes solo por “100 gentes y además son extranjeros. La audiencia es raquítica”, lamentó.
Al término del acto, la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Lidia Camacho, dijo que hasta el momento se han revisado 700 murales en los 11 estados afectados por los sismos de septiembre pasado, y ninguno de ellos sufrió daños considerables.
Sobre el mural de Siqueiros ubicado en la Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz de la Universidad de Guadalajara, donde el pasado diciembre se registró un incendio, dijo que no “tuvo afectación alguna”.