Dejenme les platico que en días pasados, me sentí súper mal de salud, como sabrán… pensé de inmediato en Covid.
Una de las cosas que paso por mi mente fue : Que pasaría con los animales que considero mi familia si me sucede algo? En mi caso todos los integrantes humanos de mi familia han estado de acuerdo en los rescates y adopciones, por lo que eso me dejó tranquila, se que mi banda peluda estaría protegida y en buenas manos en caso de que algo me sucediera.
De inmediato, sumida en el tren de la paranoia pandemica de si ya me estaba cargando el payaso, me puse a pensar en aquellos rescatistas, que están solos y con decenas de animales a su cargo.
Si algo les pasa: quien cuidará de sus manadas? Sus familias apoyarán?
O serán sacrificados cientos de animales ?
Es un tema que ya he tocado en otras ocasiones, la sobre población y el exceso de animales que algunas personas bien intencionadas, auto proclamadas rescatistas, se enfrentan:
Demasiados animales, mal atendidos, mal cuidados, hacinados, etc. y para colmo sin apoyo de familias o amigos cercanos, aunque hay sus excepeciones y existen buenos refugios.
Personas de buenos sentimientos pero que ya se les perdió el rumbo, y que no saben cómo salir del atolladero. O peor aún, ni siquiera están conscientes de la problemática y creen que están salvando el mundo.
Ya me tocó conocer el caso de un hombre por la zona de norte de Cuernavaca, que en su casa con patio de 30 metros, tenía más de 50 perros, el solo los atendía como podía, y obviamente con todo lo que eso conlleva.
Costales y costales de excrementos, perros en pésimo estado de salud, no alcanzaba a esterilizarlos a todos, por lo que nacían camadas, donde muchos cachorros eran devorados por ejemplares más grandes, peleas entre ellos hasta morir alguno, una capa de suciedad en todo el patio, un olor que molestaba a los vecinos, zafarranchos por las noches que despertaban a medio vecindario, recuerdo que tenia a una perra viviendo en su auto estacionado afuera de la casa, que por qué era la más brava.
Y hay de donde cayera un gatito en el patio… Ya se lo puede usted imaginar.
Obviamente, el resultado fue fatal:
Vecinos denunciaron (aún que eso si, solo son buenos para quejarse, y jamás entienden que la responsabilidad de animales que son rescatadosde las calles, son responsabilidad de la sociedad, y que estamuchas veces se comporta de una manera nefasta y sin valores) , llegó la familia de Alfredo, recuerdo que así se llamaba… y obvio no se hicieron cargo de los animales, por lo tanto fueron eutanasiados los más de 50 canes y a el… Lo llevaron a un psiquiátrico.
Hoy en Morelos y en todo México estamos luchando por un mejor trato y calidad de vida para con los animales, y sera tarea de los legisladores comenzar a buscar regulaciones para los “refugios, pensiones, albergues” de personas que algún día tuvieron la mejor intención pero se deschavetaron.
Y será trabajo de la sociedad impulsar leyes que detengan el abandono, por qué muchos seres humanos maravillosos, que hacen un trabajo titánico, perdiendo trabajo, casa, dinero, familia y demás en el camino, acaban en una clínica psiquiátrica.
Ya saben si están hartos del maltrato y el abandono: comiencen por adoptar un animalito en situación de calle, eviten que lleguen a las perreras, acopios, refugios, albergues.
La comunidad animalista, nos debemos ponernos las pilas, buscando mejores politicas para los animales en el tema de abandono y maltrato, para apoyar a los compañeros rescatistas.
Les dejo por aquí a los canes de la Dirección de Control Canino de Cuernavaca, que están esperando esa oportunidad de ser adoptados y tener una familia.
Hasta aquí mi reporte Firulais
Vanessa Perbellini
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